Dicen que los sueños, sueños son... ¿o no?

Hoy he soñado con ratas. Ratas grandes, negras y blancas que estaban en el almacén de la tienda que mi familia tuvo durante años. Las veía y, como no me gustan, me iba sin coger el juguete que había ido a buscar. Sin más drama, simplemente no me acercaba a ellas y me alejaba con toda la tranquilidad del mundo.

He decidido buscar el significado del sueño y me ha sorprendido que no era tan malo como esperaba. Supongo que incluso en mi subconsciente mis ideas se desordenan.

Las ratas en el mundo onírico te ponen alerta, este sueño llega para que reacciones y empieces a eliminar las personas tóxicas de tu vida. Sin embargo, en mi sueño también aparecían ratas blancas y éstas tienen un significado diferente: El blanco representa pureza, esa pureza que te tienes que esforzar por alcanzar cuando despiertes de tu sueño aprendiendo a relacionarte de manera más saludable y auténtica con tu entorno. Una vez eliminadas las ratas negras, se crea un círculo más limpio.

Vale… ¿y ahora cómo junto a todas mis ratas mentales?

Anoche quedé con una de mis personas favoritas, nos estuvimos poniendo al día y hablamos de todo. Le hablé de mis amigos, de otros que no lo son tanto, de gente que está en mi vida aunque ella me dice que debo echar de mi círculo. ¿Quizás alguna de esas personas son mis ratas negras?

Y pienso que quizás esa toxicidad está presente en alguien sin ser yo consciente de ello. ¿O si que lo soy pero no quiero verlo y mis sueños sólo me están avisando que si no elimino a la rata, va a acabar mordiéndome?

Pero claro… las blancas también correteaban por allí así que, en mi dualidad geminiana, quizás estoy empeñada en pintar de blanco animales que son negros. No creo seguir teniendo gente tóxica a mi alrededor, quizás hay alguna rata gris que dependiendo de la luz que le da yo hago ver que es blanca, pero en verdad sé que es gris. No hay más ciego que el que no quiere ver.

He tenido relaciones tóxicas. Creo que esas puertas sí que las he sabido cerrar a pesar de mi, ya nombrado, Diógenes emocional. Relaciones que te hacen daño. Personas que te hacen sentir pequeña aunque por dentro sepas que, aunque te sientas como una hormiguita que corre el riesgo de ser pisada, eres como un elefante. Un elefante con la piel dura y que puede sacudir el suelo por donde pasa. Relaciones con personas que intentaron monopolizar mi tiempo, que pensaban que tenían el derecho de elegir por mí. Sí, sé que a veces mis pensamientos son desordenados, pero por suerte, tengo el poder y la capacidad de elegir qué quiero y qué no quiero...

Quizás sí que le he encontrado sentido a mi sueño: No quiero ratas negras en mi vida.