Lo único cierto que hay es que la vida es efímera
- Persona Normal
- 7 may 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 ene 2022
Hoy lanzo una reflexión que el otro día compartía con un amigo: Si os pudieran predecir la fecha exacta de vuestra muerte, ¿la querríais saber?.
Puede que parezca un poco macabra, pero lo único que sabemos de lo que va a pasar en un futuro es que un día u otro dejaremos de estar aquí. A sabiendas de esto, ¿por qué nos dedicamos a perder el tiempo en pensar, en especular, en dejar de vivir?
Desafortunadamente, fui consciente de lo corta que puede ser la vida a muy temprana edad. Cuando iba al colegio, una compañera de mi clase tuvo un accidente de coche en el que falleció ella con 9 años, su hermano pequeño y su madre. Ese mazazo nos marcó a todos los que habíamos compartido tiempo con ella. De hecho, mantengo intacto en mi mente el recuerdo de quien me lo dijo al entrar en clase un lunes de enero, de cómo miré a mi alrededor esperando que fuera una broma de mal gusto y vi a mis compañeros sentados llorando. Y en ese preciso momento, me di cuenta que la vida podía ser mucho más efímera de lo que creía. Tenía los cuatro abuelos vivos por lo que fue mi primer contacto cara a cara con esa inevitable realidad.
De forma inconsciente he tenido este pensamiento en algún rincón de mi cerebro, y supongo que desde la misma inconsciencia he desarrollado la capacidad de disfrutar de cada momento, de cada experiencia, de cada segundo en el que puedo ser feliz. El Universo se encarga periódicamente de mandarme señales para que recuerde que mañana puede ser demasiado tarde para hacer lo que deseo o para decir lo que siento. Hace dos años murió de forma repentina un amigo mío que me cambió la vida. La última vez que hablé con él le dije lo mucho que le quería. Ese día, llegué al trabajo destrozada, como si me hubieran arrancado una parte de mi pasado, de momentos clave de mi vida. Por lo menos sabía que no me arrepentiría de no haberle dicho lo que significaba para mí.
Hace relativamente poco, tuve un accidente de moto del que salí prácticamente ilesa. Caí de la moto, sin saber todavía por qué, en una de las calles más transitadas de Barcelona. Pero casualmente no pasó ni un coche y se quedó todo en un susto y una rodilla un poco magullada. Mientras estaba en el hospital, por mi cabeza pasaron todos los escenarios posibles y todo lo que podía haber sido y por suerte no fue.
Hoy un amigo me ha dicho que ha tenido un infarto. Es joven y por suerte está bien pero me he asustado mucho en el momento de ser consciente de la gravedad de lo que le ha pasado.
Y todo esto me hace plantear de nuevo si realmente merece la pena vivir angustiado por el mañana sin disfrutar el presente. No digo que lo mejor es hacer las cosas sin pensar pero ¿y todo lo que dejamos de hacer por miedo? ¿realmente dejaríamos de hacerlo si supiéramos que es la última posibilidad que tenemos? ¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de no haber dicho a alguien que no está lo mucho que le amábamos? ¿Cuántos abrazos hemos perdido por pensar que los podríamos dar otro día? ¿Cuántas veces nos hemos imaginado el sabor de esos labios que no nos atrevimos a besar por miedo al rechazo? ¿Cuántos "y si" se acumulan en nuestros recuerdos?.
Hace años leí un cuento de Jorge Bucay llamado "El buscador" y resume a la perfección la razón por la que vivo tan intensamente ciertos momentos de mi vida.
"(...) es tradición entre nosotros que, a partir de entonces, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado, a la derecha, cuánto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana, dos? ¿Tres semanas y media? ¿Y después?, la emoción del primer beso, ¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana? (...)Así vamos anotando en la libreta cada momento, cada gozo, cada sentimiento pleno e intenso… Y cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ése es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido." Jorge Bucay. El Buscador.
Y yo no sé vosotros, pero si alguien lee mi libreta el día que ya no esté, quiero que esté lleno de momentos, de risas, de abrazos, de besos, de emociones, de felicidad y de momentos que sumen. No quiero que en las páginas finales haya una lista de "¿y si?" y de "¿Qué hubiera pasado si me hubiera atrevido a...?", porque estoy segura que esto resta puntos a la hora del cómputo final.
Claro que si!!!Hay que vivir hoy...que mañana ya veremos si llega....y espera que me alcances y llegues al4....que todavia seras mas consciente de ello...