top of page

Mi felicidad debería ser más importarme que la tuya (para mí)

Esta afirmación me parece super egoísta. Los que me conocéis sabéis que me resulta casi imposible ponerme la primera de mi propia lista de prioridades. Pero hay semanas en las que una se plantea hasta que punto merece la pena intentar que todo el mundo esté bien, contentar al resto y hacer ver que puedes con todo si en realidad estás hecho una mierda.

Y así, gotita a gotita he llenado un vaso que se derramó el miércoles. Sin motivo aparente y aferrada a excusas ridículas, me ahogué. Me ahogué en mis propias gotas acumuladas que habían creado una piscina que me engulló. Durante un rato, eso sí. Un rato largo.


Conozco las señales de mi cuerpo y de mi cabeza cuando llego a ese límite. Conozco las sombras que me acechan cuando estoy mal. Conozco, porque llevo años conmigo misma, que cuando necesito tener el día de vaciar el vaso, me pongo música todavía más triste, para vaciarlo lo más rápido posible. Esta vez me dió por Maná. Llevaba sin escucharlos una eternidad, desde mi época de la universidad en la que vivía intensamente cada sentimiento y ellos me "ayudaban" en mis momentos dramáticos.


¿El detonante? Supongo que el darme cuenta que no tengo tiempo para prácticamente nada. Voy como una peonza durante la semana y durante los fines de semana. Intento llegar a todo y hacer feliz y complacer a la gente de mi alrededor. Y no, no llego. Y me da rabia admitirlo. Porque quiero hacerlo todo, quiero ser y hacer feliz. Y en este momento, por lo menos hasta que encuentre mi equilibrio, no puedo ambas. No puedo hacer feliz sin serlo yo primero y de ahí viene mi reflexión de esta mañana (ahora mismo son las 7 de un sábado. ¡Maldito reloj biológico que tiene mis horarios semanales aprendidos!


Y si a eso le sumamos el "no quiero molestar"... pues nos encontramos con una yo que se va guardando las cositas dentro. Llevo una temporadita diciendo que estoy dentro de mi caparazón cual tortuga, y allí dentro he ido guardando cosillas que cuando digo en voz alta me parecen nimiedades, que son tonterías creadas en mi cabeza pero que dentro del caparazón se convierten en fantasmas super oscuros. Y probablemente, alguna de mis amigas me reñirá cuando lea esto porque no les dije nada, pero es que sé que todas tienen su día a día, sus historias y sus vidas y, aunque sé que puedo contar con ellas, me callé.


Pasé el día como buenamente pude en la oficina porque igual que sé que se me llena el vaso, sé que una vez vaciado a través de mis lágrimas, vuelvo a estar relativamente bien. Y cada derrame del vaso me hace tomar conciencia sobre qué es lo que me lo llena. Y cuando ya estoy mejor, es cuando lo saco, cuando lo hablo (porque cuando estoy en mi pleno momento de tristeza es como hablar con un bebé que tiene un berrinche.) desde la distancia relativizo los motivos que utilizo para justificar por qué estoy mal. Y normalmente, la razón a la que me aferro, es una tontería que en realidad me importa "poco" pero desencadena un efecto dominó: "y qué sola estoy, y nadie me quiere... ". (Obviamente, modo drama activado)


Al día siguiente es cuando consigo parcelar mis emociones. Porque sí, en los días de mierda es verdad que estoy sola, pero porque no permito que nadie se me acerque, me vuelvo esquiva y saco las uñas como los gatos.


Jueves hablé con una personita que me dijo: "escribe, todo es más fácil de lo que crees" y, cierto es, cuando escribo veo que tengo que escalar posiciones en mi pirámide de prioridades. Que tengo que cuidarme, por dentro y por fuera, que no pasa nada por estar mal, que tengo que dejar que me cuiden y pedir ayuda si es necesario. Que no molesto por expresar como me siento, que la gente que está a mi alrededor está por voluntad propia. Y me encanta ver a mi gente feliz y contenta pero sin dejarme a un lado a mí, que si no llego, no llego, que si no me apetece, no me apetece y que no me tengo que sentir mal por ello. Y que igual que a mi me gusta verles bien a ellos, a ellos les gusta verme bien a mi y eso depende única y exclusivamente de mí. Porque me lo merezco, porque quiero y porque puedo. Eso sí, hoy que el vaso está vacío.


Por cierto, acabé la semana con "self steem" de The Offspring.


 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Publicar: Blog2_Post
  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn

©2021 por Blog de una persona normal. Creada con Wix.com

bottom of page