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Todo eso que me dais

Hoy es la última publicación del año. He compartido tanto de mí misma en estos meses... como ya he dicho en más de una ocasión, me resulta terapéutico. Escribo, vacío mi cabeza, mi alma y a seguir unos cuantos días más...

Normalmente el 31 de diciembre es cuando se hace un resumen del año, se preparan los nuevos propósitos y pensamos que las cosas las haremos mejor porque hemos aprendido de los errores cometidos durante los pasados 365 días. Al igual. Yo tengo 39 años y si a día 1 de enero hubiera mejorado todo eso en lo que me equivoqué el año anterior, sería espectacular. Lo que sí veo es que el día de fin de año me siento relativamente orgullosa de lo que he vivido, de lo que he disfrutado, de lo que he llorado (porque sí, llorar lloro mucho), de lo que he aprendido y sobre todo del tiempo compartido.

Me gusta estar sola, lo necesito de vez en cuando. Para encontrarme conmigo mismo, para alejarme del ruido de mi mente leyendo, haciendo un puzzle o intentando dejar de pensar en los demás para centrarme en mí.

Pero agradezco, valoro y adoro cada momento pasado con mi gente, esas personitas que llenáis mi vida de color, aunque algunos días la paleta de colores tienda al color gris.


Y eso es lo que quiero hacer en esta publicación. Agradecer la paciencia, la ilusión, la amistad, vuestra indiscutible fidelidad.


Dado que llevamos (casi) dos años de pandemia, hemos podido hacer menos y no nos hemos visto tanto como hubiésemos querido, pero sé que estáis, Y que estaréis en el 2022, y en el 2040.


Gracias por los consejos que no escucho, por los paseos sin rumbo, por los licores de unicornio, por los consuelos en el cuarto de las ratas, por las tardes perdiendo la cuenta de las cervezas que nos bebíamos, por compartir algunos de los momentos más importantes de vuestras vidas conmigo, por esas tardes de "sólo una copa" y acabar creando hamburguesas, por aguantarme hablar de mi fiesta de los 40 antes de cumplir los 39, por aguantar mi mal humor y mis cambios, por los reencuentros, por hacer apuestas conmigo sabiendo que las perderé, por los conciertos con la mascarilla puesta, por las nuevas canciones, por las risas que hacen doler el estómago, por las lágrimas que ahogan.


Gracias por todo lo que me habéis dado, lo que me dais y lo que sé que me daréis. Porque gracias a todos vosotros, la pandemia se ha vivido un poco mejor. Por muchísimos años más.


Feliz inicio de 2022.

 
 
 

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